Dejarnos guiar por nuestros temores.
El temor es un mecanismo de defensa natural. Nos ayuda a mantenernos alejados de situaciones peligrosas y a huir cuando es necesario.
Sin embargo, somos seres tan complejos, que esta función primitiva de autodefensa no siempre se aplica. Generalmente lo sentimos cuando nos enfrentamos a una situación muy diferente a la que estamos acostumbrados. El temor al cambio es más frecuente de lo que podemos percatarnos.
Así, muchas veces, en lugar de huir ante una situación que nos atemoriza, deberíamos parar y pensar cual es su fundamento. Si es solo este temor al cambio, a lo nuevo, entonces lo más lógico sería dirigirse en dirección contraria a la que nos indican nuestros temores, es decir, dirigirse en dirección al objeto que nos asusta!!
Doy un ejemplo para ser más clara. Cuando iba a asumir uno de mis primeros trabajos, sentía pavor por que implicaría nuevas responsabilidades y un cambio muy grande en mi vida. Pero lo acepté y fue una de las mejores experiencias que tuve.
Años más tarde, me pondrían al frente de otras personas y sentí un temor similar. Recordando la primera experiencia, llegué a la conclusión de que ese temor, podría ser un indicador de que ahi donde temía ingresar, encontraría mucho crecimiento. Fui aplicando esta mísma lógica a diferentes situaciones de mi vida, siempre con buenísimos resultados, especialmente con mucho aprendizaje, y el consecuente crecimiento personal.
Asi que la proxima vez que temas enfrentar una situación, analiza la razón de tus temores. Si lo que estás sintiendo es que no deseas abandonar lo que ya conoces por entrar a un mundo desconocido, recomiendo enfrentarlo. No habrá de qué arrepentirse.
Sin embargo, somos seres tan complejos, que esta función primitiva de autodefensa no siempre se aplica. Generalmente lo sentimos cuando nos enfrentamos a una situación muy diferente a la que estamos acostumbrados. El temor al cambio es más frecuente de lo que podemos percatarnos.
Así, muchas veces, en lugar de huir ante una situación que nos atemoriza, deberíamos parar y pensar cual es su fundamento. Si es solo este temor al cambio, a lo nuevo, entonces lo más lógico sería dirigirse en dirección contraria a la que nos indican nuestros temores, es decir, dirigirse en dirección al objeto que nos asusta!!
Doy un ejemplo para ser más clara. Cuando iba a asumir uno de mis primeros trabajos, sentía pavor por que implicaría nuevas responsabilidades y un cambio muy grande en mi vida. Pero lo acepté y fue una de las mejores experiencias que tuve.
Años más tarde, me pondrían al frente de otras personas y sentí un temor similar. Recordando la primera experiencia, llegué a la conclusión de que ese temor, podría ser un indicador de que ahi donde temía ingresar, encontraría mucho crecimiento. Fui aplicando esta mísma lógica a diferentes situaciones de mi vida, siempre con buenísimos resultados, especialmente con mucho aprendizaje, y el consecuente crecimiento personal.
Asi que la proxima vez que temas enfrentar una situación, analiza la razón de tus temores. Si lo que estás sintiendo es que no deseas abandonar lo que ya conoces por entrar a un mundo desconocido, recomiendo enfrentarlo. No habrá de qué arrepentirse.
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