Aprender a aceptar y amar las propias decisiones

Estoy aprendiendo que en lugar de acusarme, arrepentirme o estar triste por los detalles que no me gustan de mi forma de ser, debería más bien agradecer que soy única y pienso que Dios nos diseña exactamente así como somos, con muchísimo amor para cumplir un plan muy grande y único. Él sabe los resultados que tendrán nuestras experiencias de vida en nuestra forma de ser, y creo que las permite por una razón que escapa a nuestra comprensión. 

Leyendo sobre la vida de Steve Jobs me ha impresionado su carácter irascible, impredecible y fluctuante, que, a pesar de haberle costado muchos malos ratos, la incomprensión y el rechazo de otras personas, creo que no le apartó del fin para el que vino a este mundo. Y es probable que él también así lo creyera. 

Veo que mi vida ha sido una constante adaptación a las reglas, y temor a no encajar, pienso muy distinto de la mayoría pero no me gusta expresarlo abiertamente, porque tengo poca tolerancia a las personas que expresan sus opiniones contrarias de manera violenta, con palabras ofensivas pensando que sólo ellos tienen la razón.

Volviendo a la vida de Steve Jobs, desde niño, él hizo como le pareció, a pesar de que por la forma como trataba a sus padres, uno podría calificarlo de muy mal agradecido. Fue caminando su propio camino sin dejar que se lo impusieran. Mi caso fue siempre muy distinto ajustándome a reglas y a lo que se supone que debe ser. Por ejemplo, uno de mis grandes arrepentimientos fue haber abandonado mis estudios de informática en la secundaria. Estando en 3er curso, lo que hoy sería 1ro de la Media, empecé a estudiar los programas de la época: DOS, WordStar, y Lotus y me iba súper bien. ¡Me encantaba! Me resultaba todo absolutamente divertido y fácil. De hecho, me iba tan bien y me gustaba tanto, que decidí abandonarlo porque temí que interfiriera con mis estudios del colegio. Hasta hoy día creo que fue una de las decisiones más ilógicas y de las peores que he tomado en mi vida. Después de eso, ya terminado el colegio, pude seguir una carrera relacionada, pero jamás adquirí las destrezas y facilidad que hubiera logrado si no renunciaba en ese momento.

Aún así, este desvío en el camino, por llamarlo de alguna manera, me llevó por otras sendas que no hubiera recorrido de otra manera, terminando en donde estoy ahora, con muchos logros, pero también con muchos "que hubiera sido si." Y es que vivimos sujetos a algo que se llama tiempo, espacio, y a una consecuencia lógica de estas dos realidades: No podemos estar en todas y la vida siempre nos obliga a elegir un camino a la vez. O como dice el conocido refrán: "Puedes ser todo lo que quieras, pero no todo a la vez."

Entonces, no estoy sugiriendo que cada uno haga su vida como se le antoje y nos volvamos todos locos haciendo las reglas a un lado. Sino que es bueno aprender a quererse y tolerarse como uno es, reconociendo nuestras flaquezas con normalidad y no negando nuestras virtudes, confiando más en nuestro instinto de lo que nos hace verdaderamente felices para tomar decisiones.